• A Gabriella Bianco, psicóloga y psicoterapeuta perinatal y de la mujer, por conducir el evento desde su gran experiencia y compromiso como profesional y activista por los derechos de las mujeres parturientas y sus bebés, y por su carisma personal, haciendo entrañable la charla e invitando con su empatía a que los asistentes se abrieran de forma espontánea a compartir sus vivencias más traumáticas, logrando un efecto terapéutico entre el público.
• A María Jesús Fernández, por sumar su voz como experimentada matrona y aportar su entusiasmo en esta lucha hacia la dignificación de la atención al parto.
• A Teresa Orta, matrona del Hospital de Manacor, por representar a esa camada de jóvenes profesionales que, desde su trabajo en las Instituciones Públicas, ya son artífices del cambio.
• A Llucía Mir, de Doulas Mam, por poner sobre la mesa la necesidad de que seamos las propias mujeres las que reclamemos el derecho a un acompañamiento atento y amoroso durante el embarazo y el parto, y por animarnos a exigir la atención merecida en Hospitales y Clínicas.
• A Patricia Segura, por su valentía y su ejemplo de resiliencia a la hora de sentar testimonio de la dura vivencia que sufrió como víctima de violencia obstétrica en el parto-nacimiento,
• A Elena S. Kempf, madre de dos niños nacidos en casa, y embarazada de un tercero que también será recibido en el hogar, por compartir la historia de ese camino personal recorrido hasta lograrlo.
• Agradecer también a Ángeles Hinojosa, de la veterana Plataforma Pro Derechos del Nacimiento, por el fantástico documental editado para la ocasión. Y a la Asociación El Parto Es Nuestro, por apoyar esta iniciativa.
• Por último, agradecer de corazón a todo el público asistente que se volcó a participar, entre ell@s, a los profesionales de las maternidades que se acercaron concienciados de la importancia de ejercer su profesión con respeto hacia la mujer y hacia el bebé, y que se esfuerzan en ser partícipes de esa transformación hacia una atención digna al parto-nacimiento. Y a esas mamás que vinieron porque habían sufrido violencia obstétrica, y que con un nudo en la garganta, se abrieron a contar sus dolorosas experiencias. También a las mamás y papás embarazados, movidos por la intención de informarse y tomar conciencia de cómo un bebé espera ser recibido. Y, por supuesto, a todos esos bebés y niñ@s que nos acompañaron con su poderosa presencia, porque son ellos los que nos animan a caminar juntos hacia un futuro mejor para toda la humanidad.
• A todos y todas Gracias!!!
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